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lunes, 22 de octubre de 2012

El valor de la Palabra (De Iñigo a Iñigo).

Tenía programada ésta entrada en el Blog para ayer, domingo 21-O pero, por no sé que motivo no salió. Seguramente lo programaría yo mal, pero, bueno, ahí queda y, si cabe, con mayor gusto.

Todos tenemos costumbres y algunos hasta manías y gustos más o menos raros. Y a mí me ha dado por leer Programas Electorales (amén de coleccionarlos). Así que, ni corto ni perezoso, me "he metido entre pecho y espalda" más de 800 páginas dónde los principales partidos políticos que concurren a las Elecciones al Parlamento Vasco del próximo 21 de octubre exponen, en negro sobre blanco, sus ideas programáticas.

Antonio Basagoiti, como candidato del Partido Popular del País Vasco nos presenta 900 ideas condensadas en un Programa electoral de 131 páginas bajo el título "Ahora más que nunca". Independientemente de la copia "clavadita" al eslógan electoral del Partido Nacionalista Vasco en las primeras Elecciones al Parlamento Vasco en las que el candidato lo fue Carlos Garaikoetxea, las líneas generales versan sobre, prácticamente,  los mismos aspectos que, en 222 páginas, condesaba el PP español su Programa para las Elecciones Generales del 20-N, titulado "Lo que España necesita".

Un Programa que, decían, se había elaborado contra la resignación" (al menos así lo definía Mariano Rajoy en la primera página) dónde ofrecían las recetas, a menudo poco concretas, para generar empleo o para "garantizar la educación, la sanidad y el bienestar de todos, sin excepción".

Fue el propio Rajoy el encargado de presentar lo que los populares denominaban "las 100 propuestas para el cambio". Basagoiti las ha multiplicado por 9 pero las llama ideas en vez de propuestas. Séa como séa, no deja de ser papel mojado. Más de un 56% de las propuestas del PP nacional no han sido cumplidas ni tienen viso de serlo. Sólo pueden explicar ese incumplimiento con un par de palabras a modo de soniquete: "La Herencia".

De éste modo ¿Cómo se puede creer en un voluntarioso (más que popular, populista) Programa del PP vasco si ni sus "amos" en Madrid son capaces de ir cumpliendo una cuarta parte de sus premisas electorales? ¿Lo que no cumplen en el Estado lo van a cumplir aquí? Tengo poderosas razones para ponerlo en tela de juicio, solfa o, directamente en razonable duda. Vamos... que no me lo creo.

Yo, Iñigo, no me puedo fiar de quién promete y no cumple, de quien intenta esconder uan falta de compromiso en frases pseudo-impactantes y grandilocuentes como "Somos más del 51%" o el famoso "Si tú no vas, ellos ganan". Ciertamente, ésto último bien podría sonar a desistimiento, aunque a mi me suena a eso de adjetivar a un tercero de rupturista por parte de quién, precisamente, hace bandera y busca votos en esa supuesta diferenciación y la disfraza de miedos.

Y a éstos, a diferencia de sus compañeros de la Villa y Corte, no les vale ahora lo de la citada "herencia" ya que la misma será la que séa (y me temo lo peor) pero, en cualquier caso, atribuíble, por acción u omisión, al manifiesto apoyo y a la aquiescencia del candidato popular al Gobierno saliente.

Vamos a la otra pata del fiasco. Patxi López, Lehendakari saliente, nos presenta un Programa que el PSE ha titulado "Estamos a lo que hay que estar". No voy a ocultar el sinfín de chistes y ocurrencias que se me pasan por la cabeza pero voy a intentar ser correcto en la medida que me sea posible.

En 198 páginas, los socialistas vascos desgranan una serie de propuestas que parecen estar redactadas por alguien que ha estado ajeno a la gobernanza de nuestro País. No han hecho nada, y nada es nada. Ni mucho ni poco. Nada. Bueno sí... Dilapidar lo que, sin duda alguna fué una buena herencia.

Déficit público sin control, paro desbocado, Sanidad y Servicios Públicos deteriorados y sin motivación, ahogamiento del tejido productivo, y una sociedad desilusionada... es la verdadera herencia del Gobierno PSE-PP, el mismo que prometía un cambio. Y vaya que lo han propiciado: en caída libre y sin frenos. Y pensaban que con amañar los Comicios con cientos de miles imaginarios exilados políticos iban a conseguir la permanencia en Ajuria Enea. Eso ya no "cuela". La vez anterior les sirvió la artimaña de la denoominada Ley de Partidos para poder arrogarse una mayoría técnica política que en ningún caso representaba a la realidad sociológica o socio-política vasca.

Y, hablando de los injustamente "ausentes", EH-Bildu nos acerca sus propuestas en 183 páginas. No es por hacer el chiste fácil pero, a medida que uno va leyendo cada página, parece que vienen a sugerir un país multicolor dónde nació una abeja bajo el sol y que por su alegría y su bondad Euskal Herria hay que cambiar. La abeja no es Maya. Es Laura Mintegi.

El problema es que Euskadi, por desgracia, no ha sido un País multicolor y ello se debe a muchos motivos pero, fundamentalmente, a que ha sido un País negro. Muy negro por algo que aún no he oído ni leído en ese Programa:  algo tan básico como poder oír o leer que lo ocurrido ha estado mal. Muy mal.

No seré yo quién justifique su forzada ausencia en las Instituciones vascas debido a la mencionada Ley de Partidos y ello, por cuestiones relacionadas con la arbitrariedad, el interés y la oportunidad. Tampoco puedo hacer balance de su gestión de forma general aunque sí puedo tomar como referencia su gestión en un Territorio Histórico: Gipuzkoa.

Estamos como en el caso de los dos anteriores. ¿Qué han hecho? ¿Qué han gestionado? Nada. Y aquí tampoco sirve lo de la tan manida "herencia". Tengo la sensación que son la alternativa del no. No quieren una infraestructura tan necesaria como el Tren de Alta Velocidad. No quieren el Puerto de Pasaia, ni incineradoras, ni autopistas. Ni querían el Guggenheim, ni el Palacio Euskalduna. A todo no.

El Partido Nacionalista Vasco presenta un Programa de 262 páginas bajo el título "Compromiso Euskadi/Euskadi Aurrera". En el mismo se plasman 171 compromisos con la ciudadania vasca y 607 iniciativas para el cumplimiento de dichos compromisos.

Para Iñigo Urkullu, el empleo y la actividad económica, la proyección de la identidad económica y cultural de Euskadi en el mundo, y la defensa de los Servicios Públicos (especialmente Sanidad, Educación y Servicios Sociales) son los ejes fundamentales de su propuesta.

Y, una vez leídos todos los Programas, me convence la propuesta del Partido Nacionalista Vasco. Yo, Iñigo el ciudadano creo que Iñigo, nuestro próximo Lehendakari va a tener por delante una ardua tarea. Mentiría si no dijese que, también, se trata de una cuestión de confianza. Jamás descalificaría de forma personal a ninguno de las candidatas y de los candidatos. Que nadie lo interprete así pero, no puedo negar que me ocurre una cosa: le doy una importancia especia a la intuición. Creo en la palabra. No no digo que todas y todos no la tengan pero reconozco que se trata de esa citada cuestión de percepciones o, simplemente, de esa cuestión de impresiones. Llámense como se quieran.

Cuando veo a Patxi López, Laura Mintegui o a Antonio Basagoiti diciendo eso de "la palabra", el compromiso, etc... tiendo a no creérmelo. No te lo dicen mirándo a los ojos. O tienen "rabo de paja" o atienden a otra serie de intereses. Cuando se lo oigo a Iñigo Urkullu, me inspira una sensación de confianza y seguridad.

En todo ello, también hay unos porqués y, éstos, se pueden ir desglosando en función no de a lo que son como personas, sino a lo que representan.

El Lehendakari saliente me ofrece una sensación de inseguridad. Todas y todos hemos visto su gestión al frente del Gobierno Vasco. No ha reportado nada útil a la ciudadanía. Ahora dice que necesitaría otros cuatro años para culminar su proyecto político. ¿Qué proyecto?

Nos encontramos ante un político básicamente identitario. Y, rodeado de políticos identitarios (como lo puede ser Rodolfo Ares), optan por la campaña del miedo, por la campaña de "hacer la maletas" que vienen "los de la ruptura". Ya podría mirarse en el espejo de sus compañeros socialistas en Catalunya. No puedo fiarme de un político que díjo en una campaña electoral que jamás sería Lehendakari con el apoyo del Partido Popular y que 16 días después lo fue con ese apoyo.

Ha llegado a decir que se irá de Ajuria Enea pero no de Lakua. El mensaje es claro ya que la cuenta PSE+PP no suma mayoría. Ya lo traduzco yo: Consejerías o parcelas de poder apoyando a una Lehendakari. Y he dicho una. Le doy importancia a el valor de la palabra. Me ha demostrado que no la tiene.

Y hablando de una Lehendakari, lo de Laura Mintegi y lo de EH-Bildu me parece un juego ambigüo de ideas y objetivos (algo parecido a un vocablo "de moda": Una quimera). Sin ir más lejos, a nadie le pasa por alto que se trata de una Coalición electoral dónde viven y -en otros casos subsisten- varios Reinos de Taifas. He llegado a leer que es un buen momento para hacer de nuestro País una "Euskal Herria sozialista".

No es mi modelo de País. El mío es el de una Nación en Europa y todas y todos sabemos qué ha sido en Europa del socialismo así entendido. Siguen con su cultura de la revolución por la fuerza. Ese modelo de revoluciones de comandantes, de "Cubas" o de "Venezuelas Bolivarianas". De esta manera, creo que no son éstos los modelos deseados por la mayoría de nosotros: las vascas y los vascos. Le sigo dando importancia al valor de la palabra. Presumo que, políticamente, carece de ella. No sé si porque no puede o porque no le dejan.

Antonio Basagoiti juga sus cartas. Le toca disputar al PSE el famoso voto del miedo. Le toca el discurso del aviso de ruptura con la unidad del Estado. Éste no se corta... así como el candidato del PP a la Xunta de Galiza hace lo indecible por no coincidir en campaña con Rajoy (para que no le identifiquen con recortes y recesiones), Basagoiti hace lo posible por traer a rajoy a Euskadi. Le veía más "centrado" pero, para Antonio todo vale: desde una foto en una sokatira (en la que gana con corbata a los de la camiseta de Independentzia ) como, si es menester, traer a un mitin al mismísimo ministro Wert.

Ha entrado en la misma "barrena" de -si es el caso- "españolizar" a los alumnos vascos. Lo he dicho al principio de éstas líneas: se trata más de un populismo clientelista que de otra cosa. Le sigo dando importancia a el valor de la palabra. Descartado. Yo, que tampoco es que crea mucho en las encuestas, he de reconocer que Basagoiti se puede llegar a ver como comodín de la baraja.

Mientras en España PSOE y PP andaban (y andan) a tortazo limpio, en procesos judiciales cruzados, etc... el bueno de Antonio se permitió hasta la "broma" de manifestar que su relación con López no era amor sino sexo. Aquí todo valía. Ni al electorado tradicional del PP le hacía gracia el apoyo a los socialistas, ni el electorado socialista disfrutaba con el apoyo recibido por la derecha española. Lo disfrazaron como lo que en Catalunya denominan "Bloque Unionista" y aquí, el mismísimo Basagoiti bautizó como "Bloque Constitucionalista". Ahora será el Pueblo vasco quién apruebe o repruebe ese pacto antinatura.

Termino con Iñigo Urkullu y el valor de la Palabra. Hitza ematen dut. Así suele finalizar Iñigo sus intervenciones en los actos políticos. Creo en esa palabra. Lo dice con un rigor y seriedad dignas de ser tenidas en cuenta.

He analizado todos los Programas. Discierno entre lo factible y lo utópico. También sé diferenciar entre lo real y lo imaginario, entre una quimeras y tener los piés en el suelo. Sé a quién dejar las llaves de mi casa. Creo en tu palabra y creo en tu proyecto.

Creo en el valor de la Palabra. Te lo digo de Iñigo a Iñigo.
Aurrera!!!

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